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Algunos de nosotros, para siempre

 

 

Por Hans H. Hammerschlag

Confieso que, con gran y placentera sorpresa, recibí hace un par de meses la invitación del poeta GORKA LASA para presentar su SÉPTIMO libro, ALGUNOS DE NOSOTROS, PARA SIEMPRE, lo cual tengo hoy el honor de hacer ante Uds.

Conocí a Gorka gracias a sus letras, las cuales descubrí como una chispa brillante que irradiaba y ejercía su magnetismo sobre mí, justo en una Feria del Libro hace años atrás, lo que abrió paso al privilegio de su amistad y de mi admiración por su profundo y hermético talento, siempre expresado a través de versos que nacen del alma y llevan un sentir de añoranza que va calando, como capas galácticas en las que el lector se sumerge, para ir poco a poco madurando su significado e ir encontrando en estos; mensajes que pueden llegar a ser personales y de genuina revelación.

Es pues, por ser esta la SÉPTIMA OBRA de Gorka, lo cual como veremos, nunca es carente de significado, que quiero adentrarme, más que en la rima o métrica de su sabia y medida obra poética, en su significado más profundo:

El número SIETE ha estado marcado por milenios con un sentido hermético de primer orden y ya Pitágoras, le atribuía la idea de la perfección, puesto que su conformación matemática, resulta de la suma del CUATRO, símbolo del mundo material y sus cuatro direcciones cardinales, con el TRES, que representa lo espiritual y la búsqueda y conquista de lo superior, es decir la esfera celestial. Su unión, como lo expresaban los Alquimistas, representaba la UNIÓN DE LO CELESTE y LO TERRESTRE, o las llamadas BODAS ALQUÍMICAS, fruto de lo cual, se traspasaba el mundo ordinario, para trascender a una nueva etapa existencial, y por tanto marcaba un cambio de ciclo. Conocedor y estudioso de la simbología y los saberes herméticos, no es casualidad pues que GORKA escoja para su SÉPTIMA OBRA un título como:

ALGUNOS DE NOSOTROS, PARA SIEMPRE.

Lo cual en sí mismo, es una invitación a nosotros sus lectores, una puerta abierta y misteriosa, que nos abre camino a un sentido de exploración y de añoranza, por encontrar algo, que pareciera hacernos falta.

 

Veamos algunas citas y extractos de lo que otros escritores quienes bien le conocen, han dicho de esta obra en el Exordio:

Giovanna Benedetti nos dice: “La memoria es la entretela que recubre las palabras: la palabra perdida, la palabra olvidada, la palabra encontrada. Es la bisagra pendular que va de la luz a las tinieblas y que se enrosca en la mirada del poeta que la nombra. Gorka Lasa atrapa al vuelo la tesitura de esa imagen.”

Y Manuel Orestes Nieto, agrega: “Diestra persistencia para trasmitirnos su sentido del mundo. La palabra y su elaboración evidencian la lucha tenaz que ocurre en el nacimiento de cada poema. Sus trazos han sido sentidos y pensados en ese mortero creativo, al punto de que el decir, es tan imprescindible como aquello que nos cuenta y comparte.”

 

Cuál es pues, esa PALABRA PERDIDA, ese VERBUM DIMMISUM, ¿del que nos habla Gorka en esta obra? Y al respecto y antes de adentrarme en esa pregunta, hago alusión también a uno de los poemas de otro querido amigo, Charles d´Hoogvorst, que nos habla del tema, y del porqué de esa añoranza y búsqueda, por reencontrar ese verbo perdido y con ello, ese sentido de exilio y de búsqueda por algo que a veces no sabemos definir, pero que sentimos que “nos hace falta”, al menos como dice Gorka, a, ALGUNOS DE NOSOTROS, PARA SIEMPRE.

 

VOZ DE LA LUZ.

Por Charles d´Hooghvorst

 

Escucha la voz

Que susurra

Detrás del velo.

Secreta luz délfica

Que alumbra

Como una música

Si la oyes

En la noche

Afásica

de tu exilio.

 

Simbólicamente se trata de lo mismo. Momentos del alma, que nos hacen sentir en determinadas circunstancias, que el lugar donde vivimos no es del todo nuestra patria y por ello, el ser humano siente que está “fuera”, que no está en su lugar y la nostalgia, como decía Milton, del PARAÍSO PERDIDO, lo perturba, pero a la vez, lo motiva con añoranza a ir tras su búsqueda, entre ORA ET LABORA, trabajando entre risas y lágrimas en el mortero de la vida, lleno de esperanzas y desesperanzas, para tratar de encontrar la LUZ que seguramente yace escondida aún en lo más profundo de la oscuridad, sea ésta externa y natural, como la cantaba Paracelso en su “Lumen Naturae”, o aquella de la que San Juan de la Cruz nos hablaba en su Noche Oscura del Alma. 

Y es pues de esa búsqueda por ese SOL INVICTUS, interior y exterior, por ese sentido de camino de trascendencia, de lo que tratan estos versos que nacen de la pluma de nuestro autor, con extraordinaria agudeza, pero también con profundo y realista sentido de la vivencia propia, profunda, meditada y sentida, de la búsqueda existencial, en la que todos estamos, nos demos cuenta de ello o no, profundamente inmersos.

 

GORKA nos presenta su Séptima Obra, ALGUNOS DE NOSOTROS, PARA SIEMPRE, desagregada y a la vez integrada en 4 partes, que titula:

1ª. Memoria de la Herida

2ª. Memoria del Sol Dormido

3ª. Memoria de la Piedra

4ª. Memoria de la Profundidad

 

Son un total de 60 poemas y un epílogo que conforman esta obra, este mapa de reflexiones y pistas, de senderos terrenales y estelares, que nos invitan a caminar hacia su exploración íntima y profunda, para ir encontrando como luciérnagas, los destellos de luz que sus letras, nos ofrecen de manera diferenciada a cada uno de nosotros.

Si me lo permiten, quiero sacar de estos, algunos chispazos, afincado en la sincronicidad, tomando el SÉPTIMO poema de cada una de sus secciones, pues nada es completamente al Azar:

 

SECCIÓN 1 – MEMORIA DE LA HERIDA

 

Poema 7:  INNOMBRABLE

Soledad, embriaguez de mis distancias

viejo sendero que me aleja del amor.

He vagado por los bosques, hurgando en la herida

he subido a los montes, he muerto de luz.

Antigua soledad de saberme vencido

por el sueño imposible de un dios ancestral

he perdido mis días, he gastado mis manos

escarbando en el cielo, bebiendo del azul.

Es esta soledad de habitar lo innombrable

de entenderme infinito

soñándome mortal

 

Es la SOLEDAD de la añoranza, de la búsqueda, del camino, pero también de la promesa, de que TODOS llevamos esa chispa divina, esa Luz Inefable, ese SOL que disipa las tinieblas, que podemos y debemos buscar y encontrar, y que hace florecer el verdadero e inagotable AMOR, en su sentido más trascendente de la Unión y del REENCUENTRO.

SECCIÓN 2 – MEMORIA DEL SOL DORMIDO

Poema 7:  CISNE ROJO

Antes del amanecer, en grises otoños

cuando la voz ceda, cansada de ser tormenta

y descienda en espirales a un averno silencioso.

¿Remontará la barca de humo los torrentes de la historia?

¿Nacerán otra vez, en los contornos del cuerpo corrompido leyendas,

himnos de una casta que nunca sabrá de su origen?

Condenado a un viejo saber que a nadie importa,

delirios que exudan giros amplios y perpetuos

en el trance amargo del que arde y busca

en la llaga de su lealtad, el símbolo,

el péndulo de dios, el CISNE ROJO.

 

Amputado de una pierna, cojo, martillo en el cobre

así despertó el peregrino de su senda de sombras.

No encontró nada donde asir su roto corazón

solo un terco grito suspendido en lo eterno

la fragua abandonada de un dios dormido

su rito, oxidado metal de su decadencia

ámbar, estigma, fuego, símil tullido

de un poema perdido en el tiempo.

 

Es la BATALLA del Peregrino, exhausto y abatido por el sendero solitario, que como hacha romana va labrando hacia afuera y hacia adentro, cortante, por momentos vil,  lacerando donde más duele, para sembrar sus dudas, como tiñendo de sangre el CISNE ROJO, tratando de que mueran sus sueños, pero es gracias a ese fuego tormentoso, ese fuego que todo lo limpia y revitaliza,  ese INRI lapidario, que los sabios citaban en latín como iniciales de la frase IGNIS NATURA RENOVATUR INTEGRA, o en español, “La naturaleza renovada por el fuego”.

Es pues gracias a ese fuego renovador, a esa chispa vital que existe en toda la Naturaleza y en nosotros, la que, vibrando en los crisoles de nuestras vidas, atizados con viento y calor, nos pone a prueba, pero al mismo tiempo nos ayuda a superar la lucha, y es así como Gorka Lasa, con mortero y pluma en mano, renace en la voz de la poesía. Ese quehacer reencontrado del VIEJO SABER, que como el señala, pareciera que a nadie importa, y que sin embargo todos necesitamos y debemos retomar.

Es en la misma etimología del término POESÍA, en latín POIESIS, donde encontramos el porqué es que los Bardos como Gorka son tan afines a este peregrinaje, pues en su sentido original, incluyendo en su raíz indoeuropea kwei POESÍA significa CUALIDAD DEL HACER Y CONSTRUIR, indicando que no se trata de un arte pasivo, pues lo que busca construir el POETA es de muchas formas, un manual de peregrino, que saca a la luz pensamientos, sentimientos, dudas y certidumbres, de ese camino, que solamente se hace al andar.

 

SECCIÓN 3 – MEMORIA DE LA PIEDRA

Poema 7:  ALQUÍMICO

No hay forma de asir la razón a las espesuras reflejadas, a la mineral añoranza detenida ante la realización del proceso, a las mil capas de escoria que dejó la Obra sobre su horno de angustia. Algo se retuerce en la nada, fénix bicéfalo, pleno de un fuego verde se devora a sí mismo, se expande en el silencio, se torna ocre flama, águila de amonio, luego ceniza de una fría combustión, se disuelve, luego coagula, es azul y con tez de león, pero es solo el reflejo de un hálito que nunca ha existido. Muere sin morir, simula su forma adhiriéndose al receptáculo y, cansado de su inmovilidad, duerme en la torre de la melancolía esperando un amanecer que no conoce su nombre. La nueva estancia tiene los atributos de la esfera anterior, es estrella, es el sueño del hierofante, es nuevamente la torre mercurial, es igualmente reflejo verde-azul de una eternidad perdida. Abajo como arriba, adentro como afuera, no puede ser tocado por el ojo, no pude ser visto por la mano imaginada, no es capaz de soñar su líquida tristeza, solo fluye en su membrana espermática, Adán con cabeza de Ibis, Lilith cual dragón delirante en su tedio de esperar en el cinabrio, ente no creado que flota en el abandono de un óxido fecundo, muda su piel lunar, retorna al alba y florece en estrellas de oro sobre los campos de la soledad. ¿Y ahora que ha sido ideado, qué formas alcanzará a tener? ¿Dónde reposará el íntimo fulgor que aún arde sin símbolo, sin cuerpo, sin alianza? Y, luego del asombro, la unión invisible, el himeneo alquímico, ¿no acontece acaso la mutación como un nuevo himno de luz?          

 

Parece en efecto, que estos versos de Gorka nos hablan del CAMINO del HACER, la poesía en su máxima expresión, el SOLVE ET COAGULA, las palomas y las águilas, las continuas soluciones y coagulaciones del Alma, en el camino de nuestra búsqueda, y los intentos del buscador por sumar y conjugar el CUATERNARIO TERRESTRE con el TERCIO CELESTE,  e intentar fijar la luz de una vida nueva, el Verbo Reencontrado, la fijación de la PIEDRA, el hallazgo de la TRIACA MAGNA ALQUÍMICA, el DONUM DEI o Regalo de Dios. Ese Sueño Perdido, que en nuestro mundo consideramos ilusión, alegoría o fantasía, ese SABER OLVIDADO, y que sin embargo subyace y vive en la PISTIS SOPHIA, esa unión perenne, entre la FE y la SABIDURÍA, de las que nos habla toda auténtica Tradición, y estos sabios versos de nuestro poeta, nos intentan hacer recordar.

SECCIÓN 4 – MEMORIA DE LA PROFUNDIDAD

Poema 7:  VIENTOS DEL FUTURO

En las antiguas distancias de la séptima creación

en el lago eterno donde aún se arremolina la luz

nubes de tormenta sobre la carne mutilada

evocan el misterio

semillas de odio

restos del amor.

 

Desde el hemisferio de la soledad

atado al halo crepuscular de un sol tardío

sombras de la ruptura en el sueño del tiempo

oníricas ruinas de olvidadas tragedias estelares.

 

Ciudades abandonadas en el vértice del pensamiento

arquitectura de dioses vencidos, templos, silentes

arcanos, en la distancia claman mi nombre.

Rendido a los vientos del futuro

aguardo en el recuerdo

en eterna soledad

con mi palabra

en el ocaso.

 

Que decir de estos Vientos del Futuro, y de la OBRA EN NUESTROS TIEMPOS, la cual como siempre, se debate en la profunda SOLEDAD. Quiénes recuerdan hoy los saberes ancestrales, en medio de algoritmos y redes sociales que nos enredan entre toneladas pegajosas de información, llenas de claros y oscuros, de medias verdades, de SOLES TARDÍOS, que solo muestran las estelas de las luces afines con nuestra visión y de aquello que deseamos escuchar.

Pareciera por momentos, como lo cita Gorka en estos versos, que los Dioses se hubieran dado por vencidos, que los arcanos de siempre hubiesen quedado mudos y estupefactos entre las sombras de la banalidad, en las que más importa si algo está moda, que si realmente es verdad. 

Pero el verdadero peregrino, desafiante y resiliente, aún ante semejante caos, y aceptando con fe y en soledad los devenires del futuro, se refugia en el recuerdo de aquello que sabe cierto e ilumina su alma, y sigue confiando en aquella Palabra Prometida, en su caminar hacia el ocaso, seguro de que no hay camino sin fin y de que todo final, es solo un nuevo comienzo.

 

GORKA LASA, nuestro autor, resurge pues entre sus letras como poeta, peregrino y alquimista, y entre sus versos nos hace ver y jugar con una pléyade de luces y sombras, propias de todo verdadero combate en la existencialidad.

Martin Heidegger, célebre poeta y filósofo, pronunció el 2 de abril de 1936, en medio del aroma de vientos futuros tormentosos, que cuajaron en guerra mundial, una conferencia titulada “Hölderlin y la esencia de la poesía”, de cuyas frases y entre muchas otras, quedó marcada en tinta indeleble un concepto que viene al caso, en esta presentación, cuando afirmó:

 “La poesía es la instauración del ser con la palabra, su unión”

Y citando a Hölderlin dijo: “Lo que dicen los poetas es instauración, no sólo en sentido de donación libre, sino a la vez en sentido de firme fundamentación de la existencia humana en su razón de ser”. POETIZAR, dijo Heidegger, es de alguna manera a la vez, la más inocente de todas las ocupaciones, pero quizás también el más peligroso de los bienes, pues el lenguaje en buenas manos tiene la capacidad de mostrar lo que realmente es.

 

Así lo confiesa la Panthea de Empédocles en su clarividencia de amiga:

«…Los signos son, desde tiempos remotos, el lenguaje de los dioses». (IV, 135)

Y es que el arte de los poetas consiste en comprender estos signos, para luego transmitirlos a su pueblo.  La instauración del ser, que ejercen los poetas, está vinculada pues también a esa intuición y revelación de los signos de los dioses.

 

GORKA LASA a través de esta obra, nos habla de senderos, de signos, de soluciones y coagulaciones, de encuentros y desencuentros, de alquimistas, de Cisnes Rojos convertidos en Aves Phoenix y de Vientos Futuros, y con ellos nos dibuja un mapa tanto terrestre como celeste, para que el ávido y avezado lector, sepa hurgar entre sus líneas y versos multicolores, repletos de luz, para encontrar su propia llamada, pues nadie puede caminar el sendero de otro, ni debiera pretenderlo.

Esperemos que sus versos visionarios, a diferencia de los de Heidegger, no sean en presagio de vientos de guerra, ni de catástrofes estelares, que nos obliguen entonces sí, a intentar recordar y rescatar esos saberes antiguos, que, como antorcha fiel, son como el hilo de Penélope, capaces de sacarnos con ayuda, del laberinto de la rutina diaria y de nuestra banal cotidianidad.

 

Les invito pues, no solo a leer y zambullirse en las profundidades de ALGUNOS DE NOSOTROS, PARA SIEMPRE, de la mano fiel y autorizada de GORKA LASA, sino a convertirse como él, en peregrinos y buscadores, de esa PALABRA PERDIDA; y deseo de corazón, que tal búsqueda, los lleve por senderos de luz y bienestar interior, que es el único que cuenta.

Con esto, quiero presentarles al POETA, dicho con mayúsculas y sentido hermético, GORKA LASA.

Libro de Gorka Lasa
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